17/12/09

Hambre y hambruna

Anti-noticias (6)

Resulta que una mujer se inmola por hambre y se revuelve Roma con Santiago y Guasinton con Rabat. El asunto es periodístico donde los haya y, al mismo tiempo que sirve de pábulo a la masa, sirve también, como la otra cara de la moneda, para que los medios —con su esencial miseria intrínseca, fundamental, de la que no pueden prescindir sin desaparecer—, que proporcionan ese pábulo, hagan su agosto, que, en definitiva, se traduce en contratos de publicidad.
           En cambio, la muerte diaria de personas en masa por hambrunas apenas si tiene la noticia de un día dedicado al año.
           Entre ambos casos hay, al menos, una diferencia y un punto en común. La diferencia: en el primero se trata de una víctima del régimen dispuesta a morir por una idea, lo que da mucho prestigio; en el segundo, de muertes directas del régimen. He escrito el régimen porque todos son el mismo, y en esto consiste el punto en común: tanto la mujer como la masa de personas que mueren cada día de hambre son víctimas del régimen —único dominante— del dinero.

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