31/7/09

Vacacionales

Del vistazo que algunos días en el último mes he echado a eso tan efímero llamado Prensa se me quedaron dos noticias más o menos grabadas, que tienen una nota en común: la pringue del patriotismo.
            Me refiero, no se en qué orden se produjeron, a la visita del Ministro de Exteriores a la Roca, calificada de "traición" por, entre otros, probablemente, los mismos borregos o sus sucesores que se manifestaban cuando la Dictadura les convocaba a gritar aquello de "¡Gibraltar español!".
              El otro episodio tuvo lugar cuando al condecorar a un héroe del deporte nacional, los organizadores del evento se equivocaron y en vez de hacer sonar la grabación con el himno español, hicieron sonar el de otro país. Ahí fueron las pestes contra los gabachos, como para organizar otra como la del Dos de Mayo.
        Recuerdo ahora, en realidad, otro evento, que se repite anualmente, y que también tendría algo que ver con la reciedumbre hispana, que es la fiesta sanferminera, en la que los toros corren tras los valientes (¿o es al revés?) y que este año se ha revitalizado con la muerte de uno de estos.
          Y como telón de fondo de fuego de todo esto los seculares incendios veraniegos.
                En fin, "La España de charanga y pandereta...".

8/7/09

¿El terrorismo no es delincuencia?

¡Chiiisss... no se me suba usted a la lámpara... todavía: ya me explico! Lo que el título sugiere es lo que se deduciría del hecho de que el Régimen y sus medios reclamen la "condena" del terrorismo —con cuanta más trompetería y aspavientos, mejor—; que los próceres, cariacontecidos, organicen una manifestación espontánea (¿para reclamar a quien?), a fin, dicen, de que los "violentos no se salgan con la suya", de "defender la Democracia" y de otras soplapolleces por el estilo, sin percatarse de la ofensa que supone a las víctimas decir, como se suele, que con los atentados sólo consiguen sembrar el dolor; sin caer en la cuenta de que no hay "suya" que valga, o que, en todo caso, llevan decenios "saliéndose" con ella, que ha sido los centenares de muertos. Lo que el título de mi apunte sugiere, decía, es lo que se deduciría de que el Gobierno y su oposición lo llamen a usted a condenar la acción, puntualmente, cada vez que hay un asesinato terrorista.
          En efecto: si el terrorista es un delincuente, y no otra cosa, quiero decir si no es un enemigo de guerra, por ejemplo, la acción que lleve a cabo como tal se condena por sí misma, y condenarla, en muchas ocasiones proclamando su superioridad moral el que condena, implica optar entre dos términos: uno la censura del acto y otro, imposible por definición, la aprobación. Es como si al terrorista se le dijera, con toda la fuerza y altavoces que se quieran: "No acepto tu acción". Pero esto implica que podría aceptarse, porque si no se puede, como así es, ¿qué necesidad hay de condenarla? Dicho de otra manera: ¿por qué hay que condenar, que implica 'elegir'? Hablo partiendo de que esa condena que se reclama no es ni la jurídica (que no corresponde a ningún particular, periodista ni partido político) ni la moral (que es inútil). Así que el carácter de la censura que se reclama no puede ser sino político, en el sentido de 'táctico', de elección entre métodos: "Rechazo tus métodos". Pero entonces, se quiera o no, la "condena" convierte al acto terrorista en una opción entre otras e implica por tanto conceder a aquél un carácter político.
          Por otra parte, que yo recuerde, en ningún otro tipo de crímenes se reclama ni se manifiesta semejante rechazo público, excepto, modernamente, en los llamados de "violencia de género", pero yo creo que esto ha sido por contaminación con el terrorismo. ¡Ay de aquel vecino de un pueblo que, no obstante rechazar en su fuero interno la muerte de una mujer a manos del marido, pero considerando que no tiene por qué hacer público ese rechazo, no se uniera a la manifestación convocada a la ocasión por el muy atento a los votos munícipe de la localidad!

5/7/09

Aviso

Mañana lunes 6 de julio empiezo las vacaciones de verano, que durarán, como no podría ser de otra manera, hasta que se acaben. Aunque a mí me resultarán breves, para mis incontables lectores será todo lo contrario: comprendo que se les hará interminable mi ausencia, pero espero que lo puedan soportar.
        No obstante, para hacérsela más llevadera, he programado un apunte que aparecerá el próximo miércoles día 8, a las 16:00 horas. La escritura del post me ha sido posible gracias a que no trata de la actualidad actual, "pegada a la noticia", que diría un parla, objeto de estudio del tendido siete de los periodistas o aficionados, que sirve de pábulo a las masas y a los tragaprensa en general, y que los necesarios Medios que la producen ("hoy se han producido las siguientes noticias...") les suministran, sino de otra actualidad.
        ¡Que lo pasen bien!