30/12/08

La cabalgata de las Valkirias

o Israel no tiene razón (III)

Que los Usa jaleen y aplaudan el bombardeo
de Gaza no tiene nada de extraño: maestros son en semejantes acciones infames, de las que, a bote pronto, recuerdo el bombardeo del Chorrillo en Panamá y el achicharramiento con napalm de aldeas del Vietcong, llevadas a cabo por valientes soldados norteamericanos, tan valientes como los israelíes.
Invocan algunos el hecho de que los terroristas utilizan como escudos a civiles, niños incluidos. Pero esto, en la medida en que sea cierto y no responda a la propaganda, añade más infamia, si cabe, al bombardeo puesto que sería un hecho conocido por los atacantes, y avisar del ataque no es sino un intento de hacer cargar con la responsabilidad a las víctimas, una artimaña, por cierto, usada por aquí por la banda terrorista Eta.
Ya me temo que estas canalladas gustan a muchos, y producen admiración, la admiración de la eficacia, entre otros a bellacos y tontos sabelotodo, quienes confunden o fingen confundir la censura de los métodos antiterroristas con la complicidad con el terrorismo. Me pregunto qué podemos hacer con semejantes infelices: ¿compadecerlos y perdornarlos hasta setenta veces siete? ¿insistir hasta que entiendan? (hummm...) ¿mandarlos al cuerno? Sí, creo que esto es lo que haré.
P. D. Tenía otro posible título a este post: Apocalypsis now

28/12/08

Añadido a 'Israel no tiene razón'

Dejando aparte la iniquidad,
por desmesurado, del ataque israelí, el argumento de la defensa de su población se viene abajo desde el momento en que el propio Gobierno de Israel declara su intención de seguir los ataques hasta que lo considere necesario; de descargar todo el plomo y chatarra que haga falta, dándoles lo mismo, por supuesto, el daño que puedan causar.
Es decir, el bombardeo de ayer no era, como, por otra parte, es fácil de ver, una respuesta “puntual”, como diría un periodista, ante una acción terrorista, un “me golpeas, te devuelvo el golpe y no se te ocurra volver a hacerlo”, sino que forma parte de todo un plan (¿de exterminio?) contra territorios palestinos.
Sospecho, por otro lado, que lo que se pretende como otro de los argumentos justificativos de la masacre, el de decir que ya habían avisado, no es más que una triquiñuela de Israel, no tanto para que los otros desistieran de su acción de lanzar cohetes sino, más bien, para utilizarlo como argumento autoexculpatorio: “Ellos se lo han buscado”. Lo cual, por si fuera poco, a la vileza del ataque añade la bajeza moral de sus perpetradores.
¿Y la “comunidad internacional”? (pero... ¿quien es esa dama?): pues pide el alto el fuego (¿?) a ambos bandos. Equidistancia (culpable) se llama esa figura.

Israel no tiene razón

No puede tenerla quien, alegando defensa propia,
causa 300 muertos (en números redondos, según últimas noticias) y numerosos heridos, como réplica (¿?) al lanzamiento de unos misiles contra su territorio. No cabe en cabeza humana que se pueda justificar esta desproporción como defensa. Suponiendo que Israel tuviera razón para el ataque, la desproporción se la quita de inmediato.
Por otra parte, una de dos: o el Gobierno israelí (que no “israelita” como algunos periodistas y políticos se empeñan en llamar) calculó el número de víctimas que podría causar, y se equivocó (hummm...); o calculó bien y, a pesar de ello (¿o precisamente por ello?), llevó a cabo el ataque, lo cual lo convertiría (o más bien lo confirmaría) en un gobierno criminal. Para mí está bien claro cual de las dos cosas ocurrió.

27/12/08

Misterios... relativos

Un periódico con los trabajadores en huelga
consigue sacar el diario a la calle con 48 páginas más dos suplementos de 24 y 16. En total pues, 88 páginas. ¿Misterio? Hasta cierto punto porque ¿de qué se compone el diario? (Y en esto se revela la tramoya de un periódico): publicidad (aunque visiblemente reducida respecto a una edición normal); la mayor parte de las noticias son de agencia, sin firma del redactor; artículos en conserva, o entregados a la redacción con anterioridad, de columnistas; editoriales (tres, ¿se supone que los editorialistas no son trabajadores del diario y no hacen huelga?); y cartas de los lectores, que así contribuyen a rellenar páginas y a ser, por tanto, soporte de la publicidad.
Por cierto que por la publicidad es por dónde al parecer ha venido el conflicto, al haberse reducido aquella en el presente ejercicio, según el propio periódico, que incluye la nota sobre la huelga en las páginas de sociedad (¿?), en un 20%, lo cual para el negocio de la prensa son palabras mayores.
Tal vez cabría añadir otro misterio, también relativo, porque habría que cargarlo en la cuenta del malhablar de políticos y periodistas: nuestro Presidente se descuelga con que discrepa con el castigo al juez del ineptamente llamado ‘caso Mari Luz’. Pero no “discrepa” como cualquier mortal que discrepara podría hacer, sino que él discrepa de forma “profunda y seria”. Por énfasis que no quede.

24/12/08

Fruta del tiempo (1)

Hojeando el libro de los Pensées de Pascal,
que tengo en casa desde hace años sin que me decida a hincarle el diente, y seguro que estoy haciendo mal en no decidirme, leo por azar el siguiente de aquellos: “El hombre no es ni ángel ni bestia, y nuestra desgracia quiere que quien pretende hacer de ángel haga de bestia” (pág. 147, edición Austral).
Me ha recordado este aforismo, quizás porque, de alguna manera, creo, alude al hombre como encarnación de la palabra, de la razón, es decir del logos (misterio que se realiza cada vez que nace un niño), como una especie de intermedio entre ángel y bestia, me ha recordado, decía, el versículo con que arranca el evangelio de San Juan, y otros posteriores, y que para la época en que estamos vienen que ni pintados:

Al principio era el verbo

(Juan 1, 1)

Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros

(Juan 1, 14)

Él vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron

(Juan 1, 11 )

Feliz Navidad.

23/12/08

Dr. Valmy

Como un matrimonio malavenido
u otra pareja forzada por las circunstancias a compartir lecho, así el Gobierno y Su oposición en el asunto de los vuelos o no vuelos o vuelos fantasmas a Guantánamo.
Tira uno de ellos de su lado de la manta, que difícilmente da para taparlos a los dos, para taparse las vergüenzas y sin percatarse de que deja al otro con las suyas al aire, o precisamente porque se percata. Advertido éste, y rezongando, repite a su vez la operación, provocando en el primero igual reacción. Y así llevan varios días, y no porque no hayan, probablemente, intentado un pacto de no agresión (ahora por tí y dentro de cinco minutos por mí. Inefable en el Congreso aquel “Nos damos por satisfechos con sus explicaciones”, del portavoz, creo, de la ínclita oposición al Gobierno) sino porque la soberbia de ver al otro morder el polvo les es superior a cualquier otro fin.
Pero en esta lamentable historia de encubrimientos y descubrimientos mutuos no podía faltar quien, a semejanza de aquella obra de Buero, un actor se dirigiera al público para hacerle creer que todo este asunto de G. es baladí, con la tasa de paro tan alta que tenemos, y con la Crisis, y sin vender ni un puto coche ni piso, y con...; que en G., en realidad, no pasa nada... y si pasa se le saluda. O que lo que pasa, al fin y al cabo, es algo que les pasa a los terroristas, con lo cual bien empleado les estará. Y leña al mono que es de goma. En fin, semejantes sabandijas contribuyen así al mantenimiento, aunque quizás no tanto como a ellos les gustaría, de esa ignominia moral y jurídica llamada Guantánamo.

22/12/08

Lotería (II). "Las colas de la esperanza"

Es el inepto título de la fotografía de hoy
en primera dEl País. Es deprimente y para dudar de la racionalidad humana. Una multitud agolpada ante las revendedoras de lotería en la Puerta del Sol.
No voy a ser tan radical y abogar porque no compre usted lotería. ¡Compre la que quiera, hombre de Dios! ¿Pero no podía usted ser un poquito menos supersticioso y hacerlo en el despacho de su barrio o de su pueblo, que seguro que tienen? ¿Tiene usted que venir desde las chimbambas a Madrid a comprar lotería? ¿Tampoco tiene usted suficiente con la que le han colocado en la oficina o en el tajo, ni con la que ha comprado, por si acaso (porque mira que si toca y yo no...), en el bar en el que desayuna?
A ver si le toca, hombre, y con su pan se lo coma. Pero, eso sí, si eso ocurre, que no creo, que no me entere yo de que ha aparecido usted en el telediario abrazado a la lotera y celebrándolo con champán y duchando a algún incauto que pasara por allí. Y si no le toca, por favor, no nos cuente que ha sido por un número, ni lo que podía haber pasado de no haber pasado lo que pasó. Feliz Navidad.

20/12/08

Lotería (I)."Lasciate ogni speranza"

Es fascinante que en esta época tan científica
y racionalista (¿?) la población se despendole por la fe en la lotería, pero así es, y no hay más que ver las colas ante las administraciones con suerte (¿?) y pegar la oreja a las conversaciones en el bar para comprobar cómo la superstición cunde año tras año en estas “entrañables fiestas”.
Por otra parte, ¿es usted de los que juega a ver si le toca el gran premio? Pues, desengáñese hombre, no se lo recomiendo: según la inefable Te uVe, en dónde lo he oído en dos telediarios, sin que se les haya ocurrido rectificar, que yo sepa, la posibilidad de que toque el gordo es (por cada número jugado) de una entre 16.575.000. Y se han quedado tan anchos. Si la televisión lo dice... De modo que “abandonad toda esperanza”.
P. D. [23 horas] No sólo no han rectificado el dato de 16 millones... sino que, con aparición de señora matemática, con pizarra y todo, lo han confirmado en el informe semanal de hace un rato. Por lo visto, según la lumbrera, las posibilidades de quien juega un número son de una entre 16 millones etc. porque el número de casos posibles es 195 series x 85000 números = 16.575.000. Pues no, falso: el número de casos posibles es tanto como números hay en el sorteo, es decir, en este caso, 85000, que son, claro, los que entran en el bombo. Por tanto, la posibilidad que lleva de que le toque el ‘Gordo’ a quien juega un número es de una entre 85000.

7/12/08

“¡Que le corten la cabeza!”

(La Reina de Corazones, en Alice in Wonderland).
Ya hay quien ha pedido la cabeza del diputado catalán. El grito (ritual o no) al final del mitin, que podría, y debería, haber quedado para consumo interno de los hinchas del partido, ha tenido que adquirir un efecto multiplicador, como las ondas en el agua por la caída de la piedra, por aquello de que la prensa, cumpliendo, ¡¿cómo no?!, con su sagrado deber de informar, busca, y encuentra muchas veces, pábulo y carnaza para su negocio. Negocio que no es otro que el de la venta de publicidad con el pretexto de las noticias. Y si no es éste el negocio verdadero que se lo pregunten a los llamados “periódicos gratuitos”.