31/10/08

La última gota

En estos días de difuntos (en rigor, el día de difuntos es pasado mañana, 2 de noviembre) me apetece sacar aquí unos versos de A. Machado.

'El caballero, la joven y la Muerte', Hans Baldung Grien
    Daba el reloj las doce... y eran doce
    golpes de azada en tierra...
    ... ¡Mi hora! —grité—... El silencio
    me respondió: —No temas;
    tú no verás caer la última gota
    que en la clepsidra tiembla.
          Dormirás muchas horas todavía
      sobre la orilla vieja,
      y encontrarás una mañana pura
      amarrada tu barca a otra ribera.

Por mí, que siga

Tanto si tiene derecho como si no,
yo en su lugar me estaría calladito y, como dije en otro post, dedicándome a sonreír, presidir mesas petitorias, visitar catástrofes naturales, asistir a velatorios, apadrinar burros y, en fin, todas esas importantes labores que hasta ahora tan bien ha desempeñado. Pero si en cambio quiere salir a la palestra y opinar y largar todo lo que crea conveniente, pues muy bien, adelante. Como si, suponiendo que no haya ninguna ley que se lo impida, quiere en su momento hacer campaña electoral o escribir artículos en las páginas de opinión de los periódicos sobre, por ejemplo, valoración de una acción de gobierno. Lo que pasa es que entonces está sujeta a la crítica, porque, que yo sepa, que una cosa se diga acogiéndose a la libertad de expresión no significa que no se la pueda criticar. Pero en su caso, ella representa, para bien y para mal, a una institución, así es que, que vea lo que le conviene. Yo ya sé lo que no le conviene a una institución tan anacrónica y ademocrática como la Monarquía.

30/10/08

¡Ay, qué oportunidad de seguir callada...

ha perdido! Podía haber continuado en su función de sonreír, dar pésames, visitar inundaciones sin mancharse los zapatitos... En fin, todas esas labores que hasta ahora tan bien desempeñaba. Por cierto, enhorabuena a un partido que yo me sé: ya tienen una valedora Real.
1) “Se ha de enseñar religión en los colegios”. Me pregunto que si le valdrá cualquier religión: ¿el islam, por ejemplo? 2) “Los gays pueden casarse, pero que a eso no lo llamen matrimonio”. Y yo que creía que ‘casarse’ y ‘contraer matrimonio’ era lo mismo. 3) “Pero Hassan, ¿cómo vas a recibirme en unas tierras [Ceuta y Melilla] que son mías?”, dice Ella que decía Él, “su marido”. Resulta que esas “tierras” son suyas, al igual que los reyes medievales tenían tierras y vasallos. 4) Quema de fotos: “Fue un disgusto [...] Queman fotos, trozos de papel”. ¿Le parecerá, igualmente, que cuando se quema una bandera se quema un trozo de tela? En fin, las “confesiones” no tienen desperdicio, como se suele decir.

26/10/08

Si sale con barba...

A propósito de una reunión (¡cumbre!) de prohombres que el emperador del norte ha convocado en Guasintón, sin haber invitado al Presidente del gobierno, estando como está, al parecer, muy interesado en asistir, ya se están por aquí preparando el terreno los patriotas, modalidad anti-Z: si finalmente no consigue estar presente en la susodicha, dirán que ni aun mendigando. Y si lo consigue, que ha sido por mendigar. Ventajismo se llama esa figura. Que la dichosa reunión sea para "refundar el capitalismo" y que la bicicleta no se pare es otra historia.

♫ Reloj, no marques las horas...

Toda la vida diciendo “costumbre” o “hábito” y ahora resulta que se dice “reloj biológico”.

11/10/08

La dignificación por el Trabajo

Con motivo del proyecto
del alcalde de Madrid, en el que según creo anda también una concejal, la pringosa idea El Trabajo dignifica a la persona ha vuelto a asomar la cabeza, traída por quienes, seguramente sin saber de lo que hablan, aunque hablen mucho para ver si así consiguen hacerse oír, aprovechan la mínima para poner a caldo a Gallardón (y de paso, en esta ocasión, para, por contraste y omisión, realzar a la concejal) o a cualquier político del color que sea, porque ellos “no se casan con nadie” y, además, está de moda proclamarse “políticamente incorrecto”, para así justificar cualquier estupidez o vileza que suelten y, como estos botarates gustan también de decir, “todos los políticos son iguales”.
El argumento del Alcalde para prohibir el hombre-anuncio me parece equivocado: no creo que tenga nada que ver en el asunto ni la estética ni la dignidad o, mejor dicho, la indignidad, ni creo que la labor que pretende prohibir sea indigna. Lo que quizás tendría que haber hecho, sin embargo, es regular la actividad con medidas como cobrar una especie de tasa municipal a las empresas anunciantes, que al fin y al cabo están haciendo negocio ocupando la vía pública. En cuanto al reparto de octavillas, creo que es algo que, en Madrid al menos, ya estaba prohibido (prohibición incumplida, of course), aunque no se qué argumentos se utilizaron en su día, y estoy de acuerdo con la prohibición, por dos razones: 1) suponen un auténtico agobio para el viandante —no hay más que darse una vuelta por la Gran Vía madrileña, por ejemplo, para comprobarlo—. 2) la cantidad de octavillas que acaban en el suelo son un foco de suciedad y en ocasiones un riesgo de resbalón, y no digamos cuando llueve, con la pulpa que se forma en el pavimento, escaleras del metro, etc.
Pero volviendo a lo primero: no creo que el Trabajo dignifique al hombre: éste, que yo sepa, nace con la dignidad puesta, como nace también inocente, y no tiene que lavar con el trabajo ninguna culpa innata. Lo que sí creo, naturalmente, es que igual que se puede perder la inocencia o el honor, se puede perder la dignidad con la que se nace. Por ejemplo: con ciertos trabajos.
P. D. En la edición de hoy, pág. 37, dEl País, en cita destacada a propósito de los hombres-anuncio, Savater dixit: “Me parece más denigrante [subrayado mío] que un señor viva de especular en Bolsa”. O séase que, según el periódico al menos, el trabajo de hombre anuncio al filósofo le parece “denigrante”, aunque, eso sí, menos que "especular en Bolsa".

10/10/08

Una de *metereología

Se habla mucho, desde hace ya varios años,
del ‘tiempo meteorológico’ (metereológico, como he oído decir incluso a meteorólogos —antes conocidos como los hombres del tiempo). En efecto, no hay telediario o semejante televisivo que no es ya sólo que incluya este tipo de información, que siempre la ha habido, sino que lo hace en lugar destacado, incluso preferente si ha habido cualquier catástrofe de las llamadas “naturales”, en cuyo caso la información meteorológica salta al primer plano del noticiario.
Por supuesto, en la radio, que sólo oigo cuando no lo puedo evitar, en los viajes en autobús, por ejemplo, en los que no hay forma de librarse, porque al conductor así le suele apetecer, salvo cuando éste cambia ‘radio’ por ‘video’ y te coloca una peliculita, a la que si no quieres no miras pero de cuyo sonido no te puedes librar. En la radio, decía, supongo que ocurrirá tres cuartos de lo mismo. De hecho, en el último viaje en autobús (¡once horas!) se podía oir cada dos por tres al locutor la información del tiempo, en un mezcla insoportable de noticias, chismorreos, llamadas de los oyentes (con las que hacen la mayor parte de los espacios), musiquitas y, ¡¿cómo no?!, la omnipresente y machacona publicidad.
Aparte de la abundacia de información banal y superflua que caracteriza a la época, no se me ocurre qué razón puede haber para tal saturación climática que no sea la de que cada vez nos podemos permitir menos ni la más pequeña incertidumbre: nos pirra lo previsto, que nada quede al azar ni aun para salir al supermecado de la esquina. Nada de sorpresas ni sobresaltos, que todo quede atado y asegurado. En definitiva que, paradójicamente, en unos tiempos en los que tanto se habla de ‘futuro’, se hace todo lo posible por conjurarlo. Por cierto que creo que algo tiene que ver con el asunto del tiempo, en el sentido de aseguramiento del futuro, el de los seguros, que tanto proliferan para prevenir cualquier contingencia en la que a las aseguradoras les parezca que haya negocio. Pero en fin, quede esta historia para otro día.

8/10/08

Quieren que traguemos

Hoy anuncian una película en la 1: duración según reseña 94’. Según la programación, empieza a las 22.00 y acaba a las 24.00, 120’ por tanto. ¿A dónde van los 26’ de diferencia? Pues está bien claro: a la publicidad. Así es que para poder ver (yo no. Yo las grabo) una película de hora y media se tiene usted que tragar media de publicidad. Otro ejemplo: en Teleaguirre anuncian otra: según programación, 130’, y según reseña, 103’. Creo que deberíamos declarar la guerra a la publicidad.

Despido

Ante el caso reciente del despido laboral de una mujer en coma nos caemos del guindo o, mejor dicho, los medios se caen del guindo. Más aun: simulan que se caen. Casos de despidos “improcedentes” los hay siempre que el Empresario, atento a su único fin que no es otro que el de amasar beneficios, echa cuentas y decide que el Capital engorda más despidiendo a un trabajador, aunque tenga que indemnizar, que manteniéndolo en su puesto. Entonces ¿como es que el caso aludido ha llegado a papeles y televisiones? ¿Por lo extremoso? No lo creo o no creo que sólo por eso. Lo que me parece es que los medios, necesitados del soporte de las noticias para poder meter publicidad (su negocio), están deseando que les enseñen un palo para subirse a el. Y supongo que algún abogadito espabilado ha sido en esta ocasión el encargado de enseñárselo.

7/10/08

El estirón

Mientras dormitaba en el sillón
he oído un cierto revuelo de tertulianos y locutores porque, por lo visto, el Gobierno, a pesar de la tan mentada Crisis (de la que el Capital, organismo vivo, tras dejar por el camino innumerables víctimas colaterales en forma de parados, préstamos ruinosos, etc., no se va a ir al garete sino que, todo lo contrario, saldrá más fuerte —como en aquellas crisis de crecimiento en las que entrábamos cuando éramos niños—. Por otra parte, el Estado, delatándose como lo que es, como la otra cara del Capital, suministrará a éste grandes cucharadas de Dinero —ahí está el Emperador del Norte marcando la pauta—, con el bienintencionado fin primero de salir en ayuda de los más necesitados, pero con el último de salvar al Sistema), decía que al Gobierno no se le ha ocurrido otra cosa que subirle el sueldo al Rey y a su familia. Pero como no hay mal que para bien no venga, improbable lector de este desdichado blog, he aquí que esto puede suponer puntos en contra de la Monarquía, institución que, más tarde o más pronto, aunque que creo que más bien tarde que pronto, y a pesar de lo que crean en palacio y de la actitud babeante de (¿toda?) la prensa y la televisión, terminará por desaparecer. De modo que vaya lo uno por lo otro.

6/10/08

*Mi detrás

Una moda, que ya está dejando de serlo
porque viene de hace tiempo, asuela el lenguaje, pero esta vez no contra el vocabulario ni la ortografía o la puntuación, sino, lo que me parece más grave, contra la sintaxis. Consiste en unir un adverbio de lugar (pongamos ‘detrás’) con un posesivo (‘mío’, por ejemplo), construyendo el disparate lingüístico: *detrás mío (o: *detrás tuyo, *detrás tuya [¡¡¡], *delante nuestro, etc.). Supongo que una vez perpetrado el error, debieron de adoptarlo, como suele ocurrir en cuestiones de lenguaje, locutores, jornalistas, tertulianos, políticos, dirigentes y otras gentes normalmente de mal... hablar. Y así se ha debido de difundir por televisiones y prensas hasta haber alcanzado al común de los hablantes. De cómo empezó el equívoco, me parece fácil de deducir: probablemente, habiendo oído decir que ‘de mí’ = ‘mío’ (sí: pero cuando ‘de mí’ —preposición y pronombre personal— indica posesión: “¿de quien es esto?”, “es mío [de mí]”), pues ya está: “delante de mí” = “*delante mío”.

4/10/08

Racanería del Gobierno

¡Qué escándalo! La subida en alguna partida presupuestaria no da ni para cazar un oso. Y mucho menos yéndose a Rusia a cazar.

3/10/08

La Crisis

Con permiso dEl Roto. (Un genio).
Y del Forges. (Otro).