29/4/11

¡Cuánto rigor del Ayuntamiento!

Seguro que todos hemos recibido alguna vez imeils, sobre todo de organismos oficiales, en los que al final del texto aparece, sistemáticamente, la siguiente coletilla o alguna otra por el estilo: «Este mensaje es confidencial y se dirige exclusivamente a su destinatario. Si ha recibido este mensaje por error, debe saber que su copia y uso están prohibidos... ».
         El aviso, presumo, no puede ser más inútil, porque no creo que haya nadie que haga caso de él en el supuesto de datos verdaderamente confidenciales que alguien estuviera dispuesto a difundir, datos que, por otra parte, sería una imprudencia enviar por imeil, confiando en que semejante aviso pudiera impedir hacer mal uso de ellos.
         Pero a esta inutilidad, el Ayuntamiento de Alcorcón, más papista que el Papa, por lo que se ve, le da otra vuelta de tuerca y añade una idiotez (doble) —que pongo en cursiva—, consistente en que el aviso reza: «Si ha recibido este mensaje por error, debe saber que su lectura, copia y uso están prohibidos». En primer lugar no sé cómo el remitente del mensaje podría enterarse de que el receptor lo haya leído. Pero es que, y aquí viene el que la idiotez sea por partida doble, como el aviso dichoso aparece al final del imeil, quien lea el aviso es porque ya ha leído el mensaje. La sandez es equivalente a que a alguien se le ocurriera colocar al final de una calle, carretera, etc. la señal de prohibido circular por ella. No es que yo pretenda del Ayuntamiento que coloquen el susodicho aviso al principio, sólo faltaría eso para, probablemente, liar el texto del correo, sino que quiten la bobada de que no se lea lo que no va dirigido a uno.
         A lo mejor escribo al Ayuntamiento sobre esto... a ver si lo entienden, y quizás les sugiera que al aviso añadan algo como: «Si usted, a pesar de la advertencia, ha leído el mensaje que no era para usted, acuda inmediatamente a la comisaría más próxima a denunciarse, por mor de la justicia. Y, además, si es usted católico, vaya a confesarse del pecado, por mor de la pureza; pero confiésese antes de ir a la policía, no vaya a ser que ésta lo entregue al juez y éste a su vez lo enchirone en prisión preventiva hasta que salga el juicio dentro de unos años». Ya comprendo que quedaría un poco largo, pero merecería la pena para advertir al incauto lector que lee imeils que aparecen en su correo pero que no son para él.

27/4/11

Sociedad tolerante

Hoy es un día de esos de El día de..., que se hacen una vez al año, supongo que para no tener que hacer nada los 364 días restantes. Hoy es el día contra el ruido. El ruido, un problema contra el que me temo que ningún Ayuntamiento, del color político que sea, está dispuesto a luchar, entre otras cosas por lo poco espectacular y electoral que puede resultar. De hecho, ahora que se aproximan elecciones, y aun teniendo en cuenta lo poco atento que estoy a los programas-propaganda de los partidos, no he oído a ninguno de estos hacer mención del asunto. También cuentan con que no es, precisamente, una reclamación muy insistente por parte de la población. Por otra parte, ¿cómo reclamaría ésta... sin hacer ruido? ¿hay posibilidades de que la Autoridad competente ceda a reclamaciones si no se hace ruido?
         Sea como sea, a pesar de todo, y como contribución por si sirve de algo a este día copio del libro de Guido Ceronetti, El silencio del cuerpo: «Quien tolera los ruidos es ya un cadáver».

24/4/11

¿Otra prueba de que Dios existe?

No sé por qué dice usted, que quizás se tenga por ateo y hasta puede que se ufane de ello, que Dios no 'existe' cuando constantemente está dando pruebas de que sí, y a veces pruebas de alcance universal. Hace poco ha arrasado el Japón con unos terremotos, que se han llevado vida y hacienda de justos y pecadores. Que esta destrucción no tiene ni puede tener sentido, lo sabe cualquiera excepto los creyentes que se lo buscan. Y que esto es cosa de Dios no es que lo diga yo: lo ha dicho el Papa Ratzinger, con nombre de reinado Benedictus XVI, ilustre teólogo, quien de esto debe de saber mucho, ante la pregunta de una niña, "¿Por qué los inocentes siguen sufriendo?", ha contestado: "Es parte del diseño de Dios para nosotros", hija mía.

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Haitiada

23/4/11

El alma y la guitarra

Una corresponsal del diario El País contaba ayer en una crónica desde Bolonia un programa televisivo grabado en el que el Papa contestaba a preguntas de oyentes.

A la corresponsal se le ve la oreja hagiográfica a lo largo de la crónica. Tiene incluso un momento cómico cuando escribe: «Es la primera vez en la milenaria historia de la Iglesia que un Papa se enfrenta a la audiencia televisiva»; como si la televisión fuera también milenaria.

La primera intervención recogida es la de una mujer que pregunta, "al lado de una cama donde yace un hombre enchufado a un respirador", "¿Santidad, dónde está el alma de mi hijo?". Y el Papa: "El alma sigue en su cuerpo. La situación se parece a la de una guitarra cuyas cuerdas estén rotas, así que no se pueden tocar. [...]. El alma no puede sonar, por así decirlo, pero sigue presente". Si no fuera por lo dramático de la situación de esa mujer y su hijo darían ganas de reír con la inepta metáfora del teólogo Ratzinger. Pero en fin, dejando la tontada de esa alma que estaría averiada como las cuerdas de una guitarra, voy a uno de los principales argumentos de la performance papal.

Que el Papa no se sale ni un momento del milenario guión de la Iglesia —al que por muy milenario que sea, el guión no yo, no me acostumbro— queda sobre todo claro cuando ante la pregunta de una niña, "¿Por qué los inocentes siguen sufriendo?", responde, con una (aparente) duda al principio de la respuesta, como queriendo tal vez presentarse cercano a la grey: "Eso mismo me pregunto yo [...], pero solo te puedo decir que algún día [¿cuándo?, preguntaría yo, ¿cuando cada uno la palme individualmente? ¿cuando la hayamos palmado todos?] entenderemos [él parece haberlo entendido ya] que hasta el sufrimiento que nos parece injusto es parte del diseño de Dios para nosotros". ¡"Que nos parece injusto", dice el tío!

Fíjense: que Elena, que así se llama la niña y vive en el Japón, hable, según la corresponsal, "de su terror por haber sentido temblar su casa, haber visto morir a muchos amigos suyos y no poder bajar a jugar al jardín por temor a las radiaciones", una tragedia mínima, por otra parte, si lo comparamos con todo lo que ha ocurrido en ese país, sólo nos tiene que parecer injusto, pero que a lo mejor no lo es —vamos que seguro que no lo es, según Ratzinger—, porque forma parte de los planes divinos para el hombre, de Su diseño, para el bien del hombre por supuesto. Es decir, también el dios del Papa y su iglesia exige sacrificios humanos como cualquier otro dios. ¡En el nombre de Cristo nuestro señor, de quien el Papa es sedicente sucesor, que el Gran Diseñador deje ya de diseñar, que cese de una vez!

16/4/11

«Los amos de la calle»

Revista de prensa

Es el título de un editorial de El País del pasado jueves 14 de abril que tenía yo archivado. No pensaba publicarlo, pero he visto cosas publicadas de la carcundia católica o católica-fascista que me han animado a ello. Para contrarrestar más que nada. Aquí está el editorial:

«Con el paso de los siglos y la impunidad, el nacionalcatolicismo español ha desarrollado una sensibilidad enfermiza a las ofensas. Cualquier acto público (incluso privado) que no sea una adoración incondicional de la casulla se considera ipso facto una provocación. El corpus administrativo de la Iglesia, jaleado por las columnas de extrema derecha, han colocado al catolicismo oficial en estado de exasperación patológica. A la Asamblea Vecinal La Playa de Lavapiés se le ocurrió organizar una "procesión atea" (convertida después en manifestación) el próximo 21 de abril, Jueves Santo. En mala hora; las fuerzas vivas del municipio entienden que es "una burla, una mofa de una confesión religiosa" y se malician "alteraciones del orden público" (palabras del vicealcalde Cobo); una Asociación de Abogados Cristianos ha denunciado a los organizadores y a la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, liberal de Hayek, le ha faltado tiempo para encampanarse con esta "ofensa a los católicos madrileños, que no se atreverían a hacer jamás en relación con otras religiones".

Nadie sabe de qué otras religiones habla la señora Aguirre. Solo la católica ocupa las calles de Madrid (y de cualquier ciudad) como si fueran suyas, corta el tráfico a voluntad y atruena con tambores y música fúnebre. Solo la liturgia católica ocupa a discreción los espacios públicos, y no solo en Semana Santa, sino cuando place a cardenales y obispos. Alcaldes y concejales (véase el caso de Madrid) humillan la cerviz y pasan a los ciudadanos la factura del hartazgo.

A pesar de este insulto conceptual (puesto que los católicos son mayoría, todo les está permitido) y del dinero que mana desde Hacienda hasta los ecónomos eclesiásticos, la curia española plañe como si viviéramos en la persecución de Domiciano. De escuchar sus lamentos, parecería que los cristianos son devorados por las fieras todos los días en Las Ventas o en la Maestranza. Que en España haya ateos con derecho a ocupar una calle en Jueves Santo es prueba de martirio. Vista la vociferante campaña contra la procesión atea, la sociedad española necesita un repaso de laicismo. Que, como explicó Bertrand Russell, no es lo contrario de religión, sino del clericalismo».

7/4/11

La monada de los carriles-bici

El consummatum est de los carriles-bici ya se ha producido en Alcorcón. Sin que las autoridades municipales hayan podido cortar la cintita inaugural, incluso dar unas pedaladas (parece, ¡vaya por Dios!, que está prohibido inaugurar cosas hasta después de las elecciones), ya tenemos una monada de carriles tan de diseño, tan pulcros, tan recortaditos, pintados en tramos de colores verde o apimentado, alternancia de colores que no sé lo que significa, aunque me imagino que será para evitar al ciclista la monotonía (¿?), con la raya blanca en medio separando los dos sentidos de la marcha, que debe de ser una gozada verlos a vista de pájaro.

Otros tramos, en los cruces con las aceras (quiero decir con las aceras propiamente dichas, porque los carriles también son aceras, son terreno usurpado a éstas, de hecho son aceras-bici) están enladrillados, adoquinados, que parece que significa que el peatón tiene prioridad (¡pero atención, peatón, que, aunque así sea, que no estoy seguro, eso no quiere decir que puedas ir por la acera tranquilamente, como si la acera fuese una acera, sino que, si te atropellan, las de perder, y allá tú con las lesiones o los sustos que te causen, las llevaría el ciclista).

Lo más divertido —se lo deben de pasar pipa los ciclistas— son la cantidad de señales, unas en postes —postes significantes—, otras pintadas en el suelo, que se van a encontrar. Que si esto es una vía ciclista. Que si stop, que si ceda el paso. Que si no corra a más de veinte —¿llevan velocímetro las bicicletas?—. Que si obligatorio (¿?) para las bicicletas circular por el carril: ¡una señal colocada en el carril!, con lo que se supone que el de la bici la ve cuando ya está en él.

¿Y para las coches? Pues tampoco se han quedado sin señales que obedecer. La de: peligro, circulación de bicicletas es una de ellas, que yo recuerde. Otra es la de unas rayas pintadas en el suelo, cruzadas en la calzada, en paralelo a los pasos de peatones, que han quedado divididos en mitades.

Y todas estas monadas sin que ningún partido, ahora que se aproximan las elecciones, haya abierto la boca en contra. "¿Pero qué dice usted, hombre? ¿Oponernos nosotros? Si eso es lo moderno y lo ecológico".

Pero en fin, como parece que a los peatones no nos salva ya del carril-bici ni la paz ni la caridad, lo que no deberíamos permitir es que las bicicletas circularan por las aceras, de ningún modo. ¡Bicicletas por las aceras, no!

1/4/11

Paráfrasis

«(Mairena, en su clase de Retórica y Poética)

—Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: "Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa".
El alumno escribe lo que se le dicta.
—Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético.
El alumno, después de meditar, escribe: "Lo que pasa en la calle".
Mairena.—No está mal.»

(A. Machado, Juan de Mairena, I)
***
—Don Felipe, cuando salga usted a leer su discurso meta algo sobre Gibraltar.
El príncipe saca unos papeles y lee: "El contencioso histórico bilateral que aún sigue pendiente...".
García (En sordina).—Ridículo, Príncipe.