6/10/08

*Mi detrás

Una moda, que ya está dejando de serlo
porque viene de hace tiempo, asuela el lenguaje, pero esta vez no contra el vocabulario ni la ortografía o la puntuación, sino, lo que me parece más grave, contra la sintaxis. Consiste en unir un adverbio de lugar (pongamos ‘detrás’) con un posesivo (‘mío’, por ejemplo), construyendo el disparate lingüístico: *detrás mío (o: *detrás tuyo, *detrás tuya [¡¡¡], *delante nuestro, etc.). Supongo que una vez perpetrado el error, debieron de adoptarlo, como suele ocurrir en cuestiones de lenguaje, locutores, jornalistas, tertulianos, políticos, dirigentes y otras gentes normalmente de mal... hablar. Y así se ha debido de difundir por televisiones y prensas hasta haber alcanzado al común de los hablantes. De cómo empezó el equívoco, me parece fácil de deducir: probablemente, habiendo oído decir que ‘de mí’ = ‘mío’ (sí: pero cuando ‘de mí’ —preposición y pronombre personal— indica posesión: “¿de quien es esto?”, “es mío [de mí]”), pues ya está: “delante de mí” = “*delante mío”.

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