8/7/09

¿El terrorismo no es delincuencia?

¡Chiiisss... no se me suba usted a la lámpara... todavía: ya me explico! Lo que el título sugiere es lo que se deduciría del hecho de que el Régimen y sus medios reclamen la "condena" del terrorismo —con cuanta más trompetería y aspavientos, mejor—; que los próceres, cariacontecidos, organicen una manifestación espontánea (¿para reclamar a quien?), a fin, dicen, de que los "violentos no se salgan con la suya", de "defender la Democracia" y de otras soplapolleces por el estilo, sin percatarse de la ofensa que supone a las víctimas decir, como se suele, que con los atentados sólo consiguen sembrar el dolor; sin caer en la cuenta de que no hay "suya" que valga, o que, en todo caso, llevan decenios "saliéndose" con ella, que ha sido los centenares de muertos. Lo que el título de mi apunte sugiere, decía, es lo que se deduciría de que el Gobierno y su oposición lo llamen a usted a condenar la acción, puntualmente, cada vez que hay un asesinato terrorista.
          En efecto: si el terrorista es un delincuente, y no otra cosa, quiero decir si no es un enemigo de guerra, por ejemplo, la acción que lleve a cabo como tal se condena por sí misma, y condenarla, en muchas ocasiones proclamando su superioridad moral el que condena, implica optar entre dos términos: uno la censura del acto y otro, imposible por definición, la aprobación. Es como si al terrorista se le dijera, con toda la fuerza y altavoces que se quieran: "No acepto tu acción". Pero esto implica que podría aceptarse, porque si no se puede, como así es, ¿qué necesidad hay de condenarla? Dicho de otra manera: ¿por qué hay que condenar, que implica 'elegir'? Hablo partiendo de que esa condena que se reclama no es ni la jurídica (que no corresponde a ningún particular, periodista ni partido político) ni la moral (que es inútil). Así que el carácter de la censura que se reclama no puede ser sino político, en el sentido de 'táctico', de elección entre métodos: "Rechazo tus métodos". Pero entonces, se quiera o no, la "condena" convierte al acto terrorista en una opción entre otras e implica por tanto conceder a aquél un carácter político.
          Por otra parte, que yo recuerde, en ningún otro tipo de crímenes se reclama ni se manifiesta semejante rechazo público, excepto, modernamente, en los llamados de "violencia de género", pero yo creo que esto ha sido por contaminación con el terrorismo. ¡Ay de aquel vecino de un pueblo que, no obstante rechazar en su fuero interno la muerte de una mujer a manos del marido, pero considerando que no tiene por qué hacer público ese rechazo, no se uniera a la manifestación convocada a la ocasión por el muy atento a los votos munícipe de la localidad!

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