13/5/09

El debate

Aun no ha terminado, hermano, no, qué va; tras muchas horas de parla de los próceres, y de sesudos artículos y finos análisis de sus concomitantes periodistas (profesionales o fracasados), vienen las cataratas de tertularios; de opositores y progubernamentales; de muñidores, en fin, todos ellos, del Dinero.
      ¿Pero como ha podido usted tragarse un tostón semejante en el que, aparte ya del asunto en sí, que se las trae, por su propia esencia agónica cada participante va a ver si gana?
      ¿No tiene usted suficiente con las competiciones deportivas, en sentido estricto, que le hacen tragarse porque a usted le gustan, y no hay mejor criterio que el gusto personal, como le han enseñado, para que encima se apunte a estas otras? ¿Tanto se aburre? ¿Se está usted preparando acaso para los Juegos Universales con que nos amenazan? Oiga: ¿y por qué no se compra un carro ahora que el gobierno socialista, y el del color que en su región le haya tocado padecer, le va a ayudar? Es más, podría comprárselo al chico mayor (que seguro que hasta sabe votar) e irse preparando para comprárselo a la chica en cuanto tenga edad para pedirle para el carné, porque seguro que ambos, los pobres, por mucho que follen con amigotes o novios también se aburren lo suyo. ¿No comprende que ya nacen con el instinto natural 'coche', como los patos, por ejemplo, con el de volar? Ande, hombre, ayúdeles, a ver si les va a crear un trauma si no lo hace.
      En fin, bueno, el que se haya puesto a leer y haya llegado hasta aquí significa, con el título del artículo, que no llevaba a engaño, que no había tenido usted suficiente ración de debate. Pobre.

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