3/4/09

De pluma ajena

Publicaba ayer jueves Savater (de quien, dicho sea de paso, me cuesta poco discrepar en otras ocasiones) un artículo (flojo), en la página 41 dEl País, bajo el título Abortos y otras malformaciones, del que, con el fin descarado de arrimar el ascua a mi sardina, expuesta en algunos de mis articulillos de este blog, me permito destacar tres párrafos, que comento:

"No creo en modo alguno que el aborto sea mera cuestión de la posesión de su cuerpo por parte de la mujer [...]"
      ¡Ah, el abracadabrante "mi cuerpo es mío" de las (aquí si que se requiere el femenino) feministas.

"Lo inaceptable [...] es convertir el asunto en una disputa entre criminales y protectores de la vida [...]"
      Yo habría escrito 'Vida', con mayúscula, porque así es como suelen escribirlo, como abstracto, como concepto, como universal. Y lo inaceptable es que se criminalice a la abortadora o abortante (que no 'abortista').

"Sin duda las organizaciones y ciudadanos contrarios a la reforma de la ley pueden expresar su discrepancia ['¡faltaría más!', añadiría yo], aunque sería bueno que se distinguiese entre objeciones al nuevo texto y al aborto en términos absolutos". Énfasis mío.
      Por supuesto que "sería bueno" en beneficio de la claridad, pero aclarar semejante cuestión llevaría a los 'antiabortistas' (como inexacta, equivocada o interesadamente se denominan los contrarios a la despenalización) a unas contradicciones quizás insuperables. Si se manifestaran contra el "aborto en términos absolutos", tras casi veinticinco años de la ley de despenalización, tendrían que explicar por qué ahora. Y si contra el "nuevo texto", estarían admitiendo el actual, es decir, la despenalización hasta ahora vigente.

No hay comentarios: