31/1/09

El titular y la noticia

“Los titulares responden [“responderán”, debería decir]
fielmente a la información. [...] y jamás establecen [establecerán] conclusiones que no figuren en el texto. Los titulares y la entrada deben [deberán] satisfacer la curiosidad primera del lector, que ha de quedar enterado de lo que ocurre sin necesidad de acudir al resto de la información.”
Esto es lo que dice el Libro de estilo dEl País. Pero no haría falta que ningún “libro de estilo” lo dijera, porque no podría ser de otra forma: es de sentido común y de lógica. Sin embargo el periódico (que, dicho sea de paso, no creo que sea peor que cualquier otro sino más bien un caso de la mala calidad de la prensa) se lo salta cuando le pete.
Hoy, en la página 15, tratando sobre el asunto de la querella contra un ex ministro israelí y varios cargos militares, larga el siguiente titular a cuatro columnas: “Moratinos promete cambiar la ley para frenar al juez, según la ministra israelí”. “¡Cómo!”, me digo, “¿a estas alturas se van a poner a cambiar la ley para impedir una querella ya iniciada?”. Y armándome de paciencia leo la letra pequeña, cosa que rara vez hago con una noticia. En efecto, el titular es falso: no es eso lo que la ministra israelí dice que Moratinos le dijo.
Ante casos como éste siempre me queda la duda de si es la mala fe o la impericia del periodista la razón del desaguisado y, en todo caso, qué es lo que pretende el periódico.

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