7/12/08

“¡Que le corten la cabeza!”

(La Reina de Corazones, en Alice in Wonderland).
Ya hay quien ha pedido la cabeza del diputado catalán. El grito (ritual o no) al final del mitin, que podría, y debería, haber quedado para consumo interno de los hinchas del partido, ha tenido que adquirir un efecto multiplicador, como las ondas en el agua por la caída de la piedra, por aquello de que la prensa, cumpliendo, ¡¿cómo no?!, con su sagrado deber de informar, busca, y encuentra muchas veces, pábulo y carnaza para su negocio. Negocio que no es otro que el de la venta de publicidad con el pretexto de las noticias. Y si no es éste el negocio verdadero que se lo pregunten a los llamados “periódicos gratuitos”.

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