Salen los providas y mandatarios de la Iglesia con pancartas del estilo "No existe el derecho de matar. Existe el derecho de vivir".
Pero el antónimo de 'matar' no es 'vivir', sino, en todo caso, 'engendrar' o 'procrear'; y aquí, que se sepa, a nadie se le prohíbe esto último.
Un lema falaz, por tanto, donde los haya, que me recuerda a aquel otro cartelón infame, de hace unos dos meses, de la susodicha, que presentaba a un niño hecho y derecho como víctima del aborto, y que sólo puede revelar, tanto el de ahora como el de entonces, una conciencia o, en el mejor de los casos, subconciencia turbia.
Pero el de ahora, peor aún, si cabe, pues siendo aquél un resultado de la falacia publicitaria, y falaz el lenguaje de ésta, incluso me atrevería a decir falaz por definición, es el lema de ayer, en cambio, el resultado de unas gentes del común, aunque, eso sí, más bien enfervorizadas con el asunto del aborto.
Pero el antónimo de 'matar' no es 'vivir', sino, en todo caso, 'engendrar' o 'procrear'; y aquí, que se sepa, a nadie se le prohíbe esto último.
Un lema falaz, por tanto, donde los haya, que me recuerda a aquel otro cartelón infame, de hace unos dos meses, de la susodicha, que presentaba a un niño hecho y derecho como víctima del aborto, y que sólo puede revelar, tanto el de ahora como el de entonces, una conciencia o, en el mejor de los casos, subconciencia turbia.
Pero el de ahora, peor aún, si cabe, pues siendo aquél un resultado de la falacia publicitaria, y falaz el lenguaje de ésta, incluso me atrevería a decir falaz por definición, es el lema de ayer, en cambio, el resultado de unas gentes del común, aunque, eso sí, más bien enfervorizadas con el asunto del aborto.
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