Está escrita sobre las siete primeras estrofas de el Romance de Puerto Hurraco, incluido a su vez en el libro Ramo de romances y baladas, de Agustín García Calvo.
Si mirungas el cuadrunfio
y esmeluzas la pinfarda,
diquela qué es beatito,
chamulla la guanipara.
En Mirunguicia, lleretes,
en mitá la porticala,
que es gauta aonde se ajina
en dos la aulé vecindada,
espurrió amor maternal,
pitiminí de venganza,
que de antier se acumulaba,
resultas de malandanza.
En Monteblondo ajinaban,
de Mirunquicia jeradas,
las dos sorores Zurdetas,
la Aángela y la Aluciana,
con el Milio y el Aantonio,
sus dos frateres del ánima,
chamullan miaja con éls,
que parlan con poca parla;
jinaban sin piscar rua,
con las ventosas tancadas;
disca para alar las chanas
a sus frateres postaban;
clisadas chibe tras chibe,
curando la jem sacraude,
solanas con la teuve,
donde la sarta prayaban.
Si mirungas el cuadrunfio
y esmeluzas la pinfarda,
diquela qué es beatito,
chamulla la guanipara.
En Mirunguicia, lleretes,
en mitá la porticala,
que es gauta aonde se ajina
en dos la aulé vecindada,
espurrió amor maternal,
pitiminí de venganza,
que de antier se acumulaba,
resultas de malandanza.
En Monteblondo ajinaban,
de Mirunquicia jeradas,
las dos sorores Zurdetas,
la Aángela y la Aluciana,
con el Milio y el Aantonio,
sus dos frateres del ánima,
chamullan miaja con éls,
que parlan con poca parla;
jinaban sin piscar rua,
con las ventosas tancadas;
disca para alar las chanas
a sus frateres postaban;
clisadas chibe tras chibe,
curando la jem sacraude,
solanas con la teuve,
donde la sarta prayaban.
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