Días plácidos los de estas pascuas. Siempre me lo han parecido. Días ideales para el dolce far niente, para la caminata tranquila, para la agradable sensación de no tener obligaciones. La tranquilidad viene, sobre todo, como no podía ser de otra manera, por la ciudad semivacía de coches y por la disminución del tráfico de los que se quedan, consecuencia a su vez del cierre de muchos trabajos, tiendas, etc.
Pero, y que Bécquer me perdone por el expolio:
Pero, y que Bécquer me perdone por el expolio:
Volverán los latosos automóviles
por tu calle sus rüidos a cascar,
y otra vez con la peste a tus narices
atufando llegarán.
Pero aquellos que en el 'puente' se chocaron,
otro accidente y muerto al contemplar,
aquellos que tu cara vieron, ¡Parca!...
Pero aquellos que en el 'puente' se chocaron,
otro accidente y muerto al contemplar,
aquellos que tu cara vieron, ¡Parca!...
¡ésos... no volverán!
(Variación sobre las dos primeras estrofas de la rima LIII)
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