18/11/09

Diálogo

[III]

   —Yola, ¿no es Avelino ese que baja por la costanilla?
    —El mismo. A ver si entra y quiere tomar algo.
    —¿Se habrá hecho diariero?: parece que viene con una brazada de periódicos.
    —No creo. Lo que pasa es que los irá a utilizar para algo.
    —Hola, Avelino. Le comentaba a la Yoli que si te dedicarías ahora, con la crisis, a la reventa de periódicos.
    —Hola, pareja…
    —Me parece notar cierta chufla…
    —Que no, hombre, no te amosques: al fin y al cabo hay millones como vosotros, conque por algo será.
    —Claro, y mal de muchos…
    —¡Y dale tú también, Yolanda…! Y lo de la reventa, Jose, lo decías por el fajo. No, es que les he encontrado una utilidad a los diarios y he aprovechado al entrar y salir del metro para hacer acopio de gratuitos, que les llaman, y algunos más que he recogido de los asientos del vagón: los necesito para pintar la casa.
    —Y qué, ¿alguna novedad?
    —Pues no, porque lo de la pintura no…
    —Creo que Yola se refería a alguna novedad en los periódicos.
    —¡Ah! Pero en los periódicos no hay novedades, lo que hay son noticias, que no es lo mismo y, en cierto modo, son todo lo contrario, en cuanto que la posible amenaza de algo nuevo queda desactivada por el registro como noticia.
    —Muy solemne estás hoy, Avelino… ¿Y eso que me parece entrever en uno de los ejemplares…? Algo del fin del mundo creo atisbar que dice.
    —¡¿Esto?! Sí, es la nueva paparrucha que se han inventado para entretenimiento de masas, que, como la memez del año 2000 ya les rebasó, han tenido que adelantar el hito y se han sacado lo del 2012, fecha en la que, por lo visto, se terminará el mundo, sin que se sepa qué es 'el mundo': ¿es 'todo'? Y si así es, ¿lo que acabe con todo se acabará también o se salvará del acabamiento? Pero estas minucias a los inventores y propaladores no les arredran, y hasta se puede ver el anuncio de una peliculaza (con catástrofes y efectos especiales a mogollón, seguro) que, al parecer, trata del asunto.
    —Como tampoco, Avelino, Jose, les arredra a los mercachifles, horoscoperos y plumillas el que esos números (nombres) de año lo son con arreglo a un determinado calendario, el que por aquí se usa, pero que si se mide con otro, más bien les descuadra el negocio.
     —Sí, ya se ve que nada nuevo… ¿Quieres tomar otra?
    —No, gracias, que, como os he dicho, tengo tarea. Lo primero que haré será cubrir el suelo con papeles... Hasta más ver, chicos.
      —Genio y figura…, el Avelino.

No hay comentarios: