3/6/09

Aviso electoral (1)

(Tenía otro título: ¿Son los sederitas seres humanos?)

De mi corresponsal L. en C. recibo el correo que transcribo a continuación, literalmente, por si fuera de interés general. Yo, D. G., soy, por tanto, mero copista. Dice así:

«He recibido por la RECUI (Red de Correos Universales e Interplanetarios) una crónica de mi corresponsal Selén en el planeta Sederio, también llamado Rágulon. La crónica, fechada en el equivalente calendario nuestro (por allí, parece que también tienen la costumbre, al igual que nosotros, de medir el tiempo, corrigiendo así a Mairena, quien asegura que el hombre es el único animal que mide el tiempo. Digo "corrigiendo" porque los sederitas, lo que se dice 'seres humanos', antropomorfismos aparte, no estoy seguro de que sean), la crónica, decía, es de hace un par de semanas y en realidad responde a una petición mía de por marzo del 2008 sobre cómo se veían desde allá arriba (¿"arriba"?), desde ese planeta, unas elecciones que había convocadas en aquellas fechas en este país.
        Como mi corresponsal S., según me explica, previó que la respuesta no iba a llegar a tiempo (la distancia entre nuestros planetas es tan enorme que resulta absurda), decidió no enviármela y dejarlo para mejor ocasión, y lo hace ahora aprovechando que se ha enterado —no explica cómo, aunque deduzco que la barahúnda y el griterío es tal que ha traspasado espacios siderales— de que hay unas elecciones a nivel continental europeo, o al menos en la Europa —risum teneatis?— del bienestar.
       Como lo fundamental en aquel correo mío de marzo 2008 era manifestarle mi perplejidad ante tanto partido y cómo se podría salir de semejante confusión, y a cual de ellos se tendría que votar, ya que el que más y el que menos cree —¿qué sería del que no creyera?— en el Progreso, en la Democracia, en la Cultura, en la Paz, y "apuesta" por el Futuro, dicho sea con el debido pitorreo, y, ¡¿cómo no?!, todos ellos están empeñados en hacer trabajar a todo quisque, Selén me viene a decir, esencialmente, que habría que someter a los partidos a una especie de piedra de toque o reactivo que consistiría en averiguar cuál acepta —públicamente, claro— que en España ("en esa porción de la Tierra en dónde vives y a la que llamáis España", dice literalmente) las cifras del paro NO van a bajar jamás a la mitad de las actuales, pongamos dos millones, dos millones y medio.
        Como no quiere hablar por hablar me da las razones para afirmar que el Paro (que, asegura, es junto con el Trabajo un arma necesaria del Capital) no va a bajar de esa estadística:

        "1) La construcción indefinida de casas —esos nichos, a los que llamáis 'casas'— que no hay bicho que las rellene, sino que se compran sólo por inversión, es imposible que continúe. Ese furor cons(des)tructor se os ha caído como el decorado de un teatro.
        2) Las empresas, por mor de la competencia, del agonismo del mercado, mecanizan y automatizan los trabajos todo lo que la tecnología les permite, a costa, claro, de la mano de obra. Así es que, dicho sea de paso, terrícolas, habéis hecho un pan como unas tortas: la tecnología —y eso que la vuestra aun está en mantillas—, en vez de serviros para que estuvierais prácticamente todo el día tumbados a la bartola, le ha servido al Capital para dotarse de otra arma y crear la angustia del Paro".

       Agrega Selén, que aun se podrían considerar otras razones, menores pero con indudable peso, como la disminución del turismo y de la venta de cochecitos y la caída de la publicidad, cuyos trucos —los del turismo, los coches y la publicidad— parece que se agotan.
        Y termina: "Bien, pues ahí tenéis, españoles todos, que os veo con muchas ganas de votar, un criterio: al partido que osara proclamar lo que he dicho antes sobre los números del paro hacedlo merecedor del voto. Claro que yo no me chupo el dedo, como llamáis los terrestres a los terminales de la mano, y creo que aplicando semejante criterio lo vais a tener muy difícil, por no decir imposible. Saludos sederitas".»


Bien, hasta aquí la transcripción del correo de mi corresponsal L.

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