(Añadido a "Arretez...")
Hoy, 10/01/2008, en el título de una noticia
en primera página dEl País se lee: “Los españoles dejan de casarse por la Iglesia”; y en la entradilla: “España vive una nueva oleada de secularización /.../ que está quitando a la Iglesia uno de sus grandes activos [subrayado mío] en la sociedad: los ritos. Las bodas civiles se han disparado al 44% /.../ y se pierde el interés general en los sacramentos.” ¡Velay!, como diría el Forges.
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Apenas transcurridas cinco horas desde el escrito del párrafo anterior oigo decir en el telediario a la Vicepresidenta, en referencia a la última manifestación de la iglesia (sí, ¡cómo no!, también la iglesia tiene derecho a manifestarse, como se han hartado de explicarnos en los últimos días demócratas de pro), que el Gobierno no va a dar marcha atrás en las medidas hasta ahora adoptadas. (No son palabras literales, porque no las anoté, pero algo así ha venido a decir). Ahí, ahí, que no se diga que este gobierno se achanta ante las exigencias de la clerecía, que se entere el sector más laico de los votantes del psoe: no damos marcha atrás. ¡Pues sólo faltaría! Lo que pasa es que, aunque así sea (que habrá que verlo), tampoco, y esta es la verdadera cuestión, anuncia ningún paso adelante, por lo que las declaraciones de la vice me suenan a un querer contentar a un sector de su electorado al mismo tiempo que procuran no espantar a otro.
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