Reconozco que dejar de comprar el Viernes el periódico puede producir al principio una especie de vacío, de sensación de que a uno le falta algo (¡tal es la fuerza de la costumbre!). Pero esa sensación es pasajera y soportable. Algo así como cuando deja uno de fumar, sólo que menos intensa y muchísimo menos duradera. Es cuestión de convencerse de que “no me falta nada” y de que no pasa nada por no leerlo un día (dos con el Domingo) a la semana. A mí me va bien el experimento.
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