Cada vez que hay una catástrofe televisiva, los deudos de las víctimas se ven rodeados por políticos y autoridades (que nadie pueda decir ante la ausencia de alguien: “¿dónde está...?”), reyes (quienes en verano se lucen más porque "han interrumpido sus vacaciones"), periodistas, etc. Pero hay un gremio que últimamente no falla: los pisicólogos, quienes probablemente sean los primeros en llegar, antes incluso que los bomberos. Lo advierto: si alguna vez tuviera una desgracia familiar televisable, el cielo no lo permita, pisicólogos asténganse, por favor.
7/9/08
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